El enemigo en casa







Daniel Hernández / @danherc




En el argot policiaco les llaman “chalecos” , son investigaciones por delitos menores, sin ningún sustento, se utilizan para ganar tiempo y poder robustecer una carpeta de investigación contra un imputado por un delito grave y por supuesto para cantar un triunfo ante los medios de comunicación.


Parece un tema menor; sin embargo esta práctica, inventada por las viejas policías judiciales que utilizaban como único medio de prueba la confesión que era sacada a base de tortura en los sótanos de los edificios de las procuradurías. no hace más que contribuir a la mala imagen que se creado contra el Sistema Penal Acusatorio.


¿Cómo hubiéramos reaccionado si los asesinos de la profesora Nazaria Iraís hubieran sido liberados por el juez de control al calificar que la detención fue ilegal pues primero les confeccionaron un "chaleco" por cohecho, investigación que si fue echada por tierra, para retenerlos y después acusarlos de feminicidio?


¿habría sido culpa de la puerta giratoria -como les gusta llamar al Sistema Penal Acusatorio-  que denuncia el gobernador del estado Antonio Gali y el alcalde Luis Banck?


Y es que el caso de los feminicidas de la profesora Nazaria no es el único caso, en la detención de imputados por el asesinato de Mariana Fuentes ocurrió lo mismo, A tres los acusaron por cohecho y resistencia de particulares, como no les encontraron vínculos salieron libres no sin antes ocasionar un desgaste en una serie de audiencia innecesarias, como si los pocos jueces no tuvieran suficiente carga de trabajo.


Que los elementos policíacos investigadores o primeros respondientes tengan tantas deficiencias no es una casualidad, sino una  consecuencia de que en la ley de egresos la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General del estado reciben los presupuestos más bajos: “se trabaja con lo que se tiene, responden los titulares de las áreas cuando se les cuestiona sobre el tema”.


Aunque en cada audiencia una y otra vez los jueces exhiben las irregularidades con las que trabajan los ministerios públicos, los errores básicos que cometen, las malas prácticas, en pocas ocasiones se atreven a dar un manotazo y exigir que se cumpla con el trabajo de investigación manera adecuada.

El sistema penal acusatorio no puede defenderse sólo, el trabajo de los operadores, los recursos que se le asignen a capacitación, contratación de personal, de jueces, de policías bien pagados y equipados,hablará por el, pero parece que el enemigo está en casa.

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